En el Centro de Derecho Pacific Workers’ Compensation, recibimos (y enviamos) mucho correo. Somos un bufete de abogados en Indemnización por Accidentes Laborales; es natural. Sin embargo, no todos los correos son iguales. Recientemente, recibimos una carta que destaco del montón.
"Estimado Eric y Equipo de PWC,
Es con un corazón lleno de gratitud que les escribo esta carta para agradecerte a ti y a todo el equipo de personas que están trabajando conmigo en mi caso.
Cuando sufrí una lesión grave en el trabajo, después de 20 años de dedicación a mi empleador y miles de horas de duro trabajo, me sentí como una extraña en mi compañía. Trabajé en el servicio doméstico de una cadena hoteles de clase alta y de buena reputación, y durante 17 años, estaba satisfecha y contenta con mi trabajo. Me trataban de forma justa y se valoraba y elogiaba mi trabajo, y había un respeto mutuo que compartían todos en el hotel. Cuando el hotel fue comprado por un marketing menor (cuyo nombre no diré), todo cambió. Me trataban más como una esclava, con horas de trabajo acumuladas, incluyendo tiempo extra no deseado. Se esperaba que hiciera todo el trabajo físico de alguien de 20 años y que levantara objetos pesados y que lo hiciera más rápido que antes. Siendo una mujer de 65 años, la tensión y el exceso de trabajo hicieron mella en mi cuerpo. Finalmente, me sobreexcedí y me lastimé/desgarré un tendón de mi espalda, lo que eventualmente requerirá cirugía y evita que regrese a mi trabajo. El dolor físico ha sido malo por momentos, pero el temor y estrés emocional es igualmente malo.
Durante un tiempo me sentí sola en el mundo. Estaba ansiosa y preocupada sobre mi trabajo. Estaba nerviosa sobre mi futuro, siendo una mujer mayor aun en la fuerza laboral. Fue entonces cuando me recomendaron a Farber & Company… y se abrió una puerta a mi alivio.
Inmediatamente, quedé impresionada con el espíritu de compasión, la dedicación y la eficiencia de los abogados y su personal, y su enfoque en el trabajo de equipo. Finalmente sentí que no estaba sola… sentía que había personas de mi lado que abogarían por mi bienestar en una situación en la que no tenía confianza. Sentí que podía enfocarme en mi curación mientras el equipo de PWC se encargaba de todo lo demás. Siento como si tuviera un equipo de luchadores ahora, y gracias Eric, así como a todo el equipo de personas que están trabajando en mi caso, es decir Iana Zadneprovskaia, Almarie Rodríguez, Lauren Thiemann. Siendo que son mis ángeles de la guarda. Les estoy agradecida a todos ustedes y a todo lo que hacen. Desde el fondo de mi corazón, gracias por darme fe en la humanidad.
Sinceramente,
Somporn Coggin"
Son cartas como esta las que reafirman porque existe nuestro bufete y porque hacemos lo que hacemos.